BodaGay

¡Estamos doblemente comprometidas!

Después de nuestra aventura y compromiso en Chichen Itzá, yo creía que ya era todo y teníamos que empezar con los preparativos de la boda. Sin embargo, nos comprometimos a fines de noviembre y las posadas, las fiestas y el cierre de año en el trabajo, consumían nuestro tiempo así que decidimos que empezaríamos a planear la boda en Enero.

Gaby por su parte, comenzó a buscar un anillo (yo no tenía idea de nada de esto). Cuando encontró el anillo perfecto empezó a planear una segunda pedida.

En varias ocasiones le dije que no fuera a comprar anillo y no gastara en eso, pero sabía que lo iba a hacer. Me imaginaba que para Marzo o Abril me lo iba a dar, por eso no sospechaba nada.

Decidimos irnos para pasar navidad y año nuevo con nuestras familias. Este año nos tocó navidad con la familia de Gaby (en Mazatlán) y año nuevo con la mía (en Guadalajara). Así que nos fuimos directo a Mazatlán. Nos quedamos en su casa, por lo que siempre hay visitas o gente con quien platicar, y como a mi casi no me gusta platicar (sarcasmo), no podían sacarme de ahí.

Gaby me dijo que tenía una amiga que la estaba pasando muy mal y que iba a ir a platicar con ella. Por supuesto, le dije que fuera y yo me quede jugando dominó con su abuelo y platicando con sus primos. Poco sabía yo, que Gaby había ido a comprar y preparar las cosas para la pedida.

Pasó el día y me invita en la tarde a la playa. Yo acepté ir, porque con los compromisos familiares y sociales, luego no tenemos tiempo de ir a la playa y yo quería ir. Así pues, nos fuimos a una playa cerca de oceánica, lejos de la zona turística, donde suelen ir sus hermanos y su familia. Llegamos y nos vamos a caminar.

Conforme vamos caminando, me doy cuenta que hay unos niños tomando fotos y siento que estorbo. Justo era el atardecer, rompían las olas y caminábamos descalzas en la orilla del mar.

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