Si hay una expresión que traduce mi experiencia en el Bistrot 104 en Praga es “WOW”. Desde el momento que pones un pie adentro del restaurante, te transportas a un lugar que irradia modernismo. Es un restaurante ligeramente hipster, pero más que eso es un restaurante de inspiración nórdica.

El Bistrot 104 se basa en el detalle y eso hace que sea muy acogedor. Tienen su propio huerto dentro del restaurante, sirven algunos platillos en “rodajas” de tronco como plato, pero una de las características que hacen que el lugar resalte es su cocina abierta. Desde tu lugar puedes observar como el chef Pavel Pavlik, cocina junto con su equipo, obras de arte. Cada platillo tiene una personalidad y una esencia, y todo nace en esa cocina.

Las porciones de los platillos son pequeñas, si lo comparamos con los platillos en México. No te engañes, las porciones son pequeñas pero llenadoras. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de probar varios platillos y puedo decirles que quedamos satisfechas. Si eres de los que le gusta comer mucho, la ventaja de las porciones es que podrás pedir varios platillos y degustar de estos manjares de inspiración nórdica.

Si hay algo que me encanta en un restaurante es el servicio, y eso es algo que distingue al Bistrot 104. Su personal es muy amable, te explican en que consisten los platillos y están al pendiente de sus clientes.

Además el diseño del lugar, desde sus muebles hasta su decoración. Todo está pensado para que pases una experiencia más completa. Algo que notamos, es que suelen ir adultos jóvenes y van acompañados. Por lo que Bistrot 104 se presta para ser un restaurante para disfrutar de una charla agradable con amigos.

¿Te interesa conocer más o hacer una reservación? Ponte en contacto con los chicos de Bistrot 104 haciendo click aqui.

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