Vancouver es una ciudad que lo tiene todo, es el nuevo “american dream” por todo lo que ofrece. Sin embargo, hay cosas que no te debes perder y otras de las que puedes prescindir. En este post encontrarás mis recomendaciones. Como siempre, recuerda que lo que escribo es de acuerdo a mi experiencia. 

Como en todas las ciudades empezamos por lo básico: downtown. En mi experiencia, el downtown de Vancouver está padre (en zonas) pero puedes dejarlo hasta el final, nada fuera de lo común. Los puntos más importantes son el reloj de vapor de Gastown y el Canada Place. 

Chinatown para mí fue toda una experiencia negativa. Demasiados indigentes y drogadictos, las calles sucias, hasta un tiroteo nos tocó. Y eso que no nos metimos tanto. Así que esa parte, yo no te la recomendaría para nada. 

Vamos a Stanley Park. Está padrísimo, hay muchas cosas que hacer, una vista espectacular de la ciudad y varias actividades relacionadas con la naturaleza. Eso si, el parque está enorme, por lo que te recomiendo ir con tiempo, agua, tenis y con muchas ganas de caminar.

Mi parte favorita de Vancouver fue en el norte. Vancouver North Shore parece sacado de un cuento. Te súper recomiendo hospedarte en esta área, hay varios hoteles que no son de cadena pero están muy bien, principalmente el Seaside Hotel. De ahí puedes caminar a todos lados.

En North Vancouver está la mayoría de las cosas que te recomiendo hacer y no tienes que moverte tanto. Puedes rentar una bici eléctrica en Reckless bikes que está ubicado saliendo del Seaside Hotel. Puedes conocer los Shipyards, ahí hay restaurantes y tiendas muy bonitas. Si avanzas una cuadra llegas a la Polygon Gallery donde tienen distintas exhibiciones dependiendo la temporada. A una cuadra también encontramos el MONOVA que es el Museum of North Vancouver, donde te súper recomiendo visitar para conocer más de la historia de la región. Igual, si tienes ganas de comprar algo de comer rapido o algún souvenir, date la vuelta al Quay Market. Todo lo encuentras en la misma zona.

Uno de mis lugares favoritos fue Capilano Suspension Bridge. Además de conectarte con la naturaleza es un lugar mágico, sobretodo al atardecer. Capilano es un parque, que al entrar sientes que llegaste a otro lugar. Primero te recibe una “villita” y los tradicionales totems, seguido de un puente colgante que atraviesa un río en medio del bosque. Una vez que cruzas el puente están los Tree tops, que son puentes colgantes (mas chicos) que van conectando el paso entre los arboles.

Otra actividad que puedes hacer en Vancouver es esquiar. Así es, no tienes que ir a otra ciudad porque en Vancouver cuentan con 3 montañas donde puedes esquiar a menos de 1 hora de downtown: Cypress, Grousse y Mt. Seymour.

Mis favoritas fueron mt. Seymour y Grousse, pero son muy diferentes. Grousse Mountain es un resort que no tiene nada que pedirle a los resorts de Vail o Lake Tahoe. Inmediatamente te das cuenta que hay mucho mexicano/latino que va con la intención de aprender o divertirse haciendo ski o snowboard. En cambio, Mt. Seymour no es un resort, es un poco más modesta pero está enfocada en el turismo local, es decir, quienes viven en Vancouver usualmente van a Mt. Seymour.

Una de las cosas que me llamó mucho la atención es que hay grupos de niños que llegan (de 3 años, de 10, incluso hasta de 15 años) y van con un instructor. Después de preguntar, descubrimos que en sus escuelas las clases de educación física incluye que aprendan el ski o snowboard.